Ministrini advierte a Merkel: «Ser europeo es pertenecer a algo en lo que a nadie se le abandona a su propia suerte».
Ya tenemos una frase para el mármol.
Del contexto de lo dicho, queda claro que ser europeo es pertenecer a una organización caritativa (laica) en la que nadie queda a merced de su suerte, propia; por supuesto; aunque sea la suerte (o el buen hacer ajeno, el esfuerzo y el sacrificio de otros creando riqueza) la que ha de sentirse responsable de los desmanes de otros gobiernos, como el algo del que forma parte la ministra.
Cicerón, a su lado, queda en nada.
Andalucia es un corthijo de Chaves.