jueves, 12 de marzo de 2009

Pedro de Paz dijo...

Resulta muy curioso todo este tipo de historias alrededor del Baltasar, el rey mago de la judicatura, sobre si declaró o no los ingresos extras recibidos en EEUU, si lo hizo en forma y plazo procedentes, si vulnera la Ley de Incompatibilidades y si no resulta reprochable doblemente por ser vos quien sois, pero hay algo en toda esta historia que a uno, en su ignorancia, en su desconocimiento y en su simpleza, le llama poderosamente la atención y sobre la que no hay oído comentar absolutamente nada:

¿Cómo es posible que un trabajador de la judicatura pueda pedir un año sabático o de excedencia y se le continúe abonando el sueldo, un sueldo que, para mayor cachondeo, pagamos todos?

Porque yo le pido un año de excedencia a mi jefe y en el harto improbable supuesto de que me lo concediese, me diría “hasta luego, Lucas” y, obviamente, de cobrar mi sueldo durante ese año ya me puedo ir olvidando.

¿Hay algo en esta historia que me haya perdido?

PS.- Así que pasen cinco años

11 de marzo de 2009 - 9:16 AM