Qué raros son los de izquierdas. Se gastan 3.000 $ de dinero del contribuyente en una noche de hotel y no son capaces de poner 200 eurillos de su bolsillo por un rato de compañía femenina.
O eso, o el pobre Strauss-Kahn se hizo un lío con el concepto de “bufet libre”.
Qué raros son los de izquierdas. Se gastan 3.000 $ de dinero del contribuyente en una noche de hotel y no son capaces de poner 200 eurillos de su bolsillo por un rato de compañía femenina.
O eso, o el pobre Strauss-Kahn se hizo un lío con el concepto de “bufet libre”.