No me extraña que a Kissinger, que lleva tratando con golfos toda su vida, le divierta conocer a las nuevas generaciones y cenar con el juez virginal (ahora también mártir). Lo de Felipe es diferente. Felipe humilló al famoso montero y éste se lo hizo pagar dándole una patada en el culo de Barrionuevo. Reconoceremos que el dolor ajeno siempre se lleva mejor que el propio así que, pelillos a la mar (peroporsiaca Felipe fue a la cena con guardaespaldas).
Lo de la bebida es muy interesante y bastante caro: más de la mitad de la cuenta. Eso no fue una cena, hicieron un “botellón”. Tres botellas de Señorío de San Vicente (no les debió gustar mucho), ocho botellas de Viña Meín y dieciséis botellas de Malleolus (éste sí que les gustó). Habida cuenta de que los guardaespaldas no beben, que hay un par de señores respetables de 80 años y unas cuantas señoras de N.Y., de esas de las que en El hombre que susurraba a los caballos aseguraban que se alimentan de agua y ensalada, debemos suponer que unos cuantos se han trasegado un par de botellas. Campeones.
No me extraña que a Kissinger, que lleva tratando con golfos toda su vida, le divierta conocer a las nuevas generaciones y cenar con el juez virginal (ahora también mártir). Lo de Felipe es diferente. Felipe humilló al famoso montero y éste se lo hizo pagar dándole una patada en el culo de Barrionuevo. Reconoceremos que el dolor ajeno siempre se lleva mejor que el propio así que, pelillos a la mar (peroporsiaca Felipe fue a la cena con guardaespaldas).
Lo de la bebida es muy interesante y bastante caro: más de la mitad de la cuenta. Eso no fue una cena, hicieron un “botellón”. Tres botellas de Señorío de San Vicente (no les debió gustar mucho), ocho botellas de Viña Meín y dieciséis botellas de Malleolus (éste sí que les gustó). Habida cuenta de que los guardaespaldas no beben, que hay un par de señores respetables de 80 años y unas cuantas señoras de N.Y., de esas de las que en El hombre que susurraba a los caballos aseguraban que se alimentan de agua y ensalada, debemos suponer que unos cuantos se han trasegado un par de botellas. Campeones.